Sobre el medio día, desde el campo base se nos comunica que debíamos retornar, la cordada que estaba escapando también estaba anclada en el plató por falta de visibilidad. Estando a punto de abortar el ascenso se abrió una ventana en medio de la neblina, extrañamente sólo en la parte alta y observamos tenuemente lo que parecía ser la silueta tipo "domo" de la cumbre a unos 150 metros. Solicitamos un poco más de tiempo al campamento base y continuamos la vía en ensamble para llegar lo más rápido posible. A la 1 de la tarde llegamos a una cornisa aérea donde verificamos que ya no había donde más subir, estábamos en la cima. Alcanzamos la cima Fernando Carrasco, Juan Miranda y yo. Compartimos fotos, sonrisas y una sincera oración para retornar a salvo al campamento.
Iniciamos el descenso destrepando la vía, siguiendo nuestras huellas como guía de retorno. Llegamos al campamento a las 15 horas, donde nos reencontramos con todo el equipo, muy satisfechos y a salvo, algunos compañeros retornaron de inmediato al campo base y otros más cansados prefirieron pasar una noche más en la morrena. Sobre las 5 de la tarde se inició una tormenta que duró toda la noche. |