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Fernando durante su ascenso al McKinley (Denali) en Alaska, una de las 7 cimas. |
Tus reseñas sobre la temporada en Perú en Barrabes pasan a otra persona y de ahí ya no se sabe mucho de ti hasta hace unos años en el que apareces guiando grupos de trekking en Nepal. ¿Te quedaste ya laborando en España?
Tras unos años, Arancha deja la dirección de la revista y por mi parte decido moverme y dejar el valle de Benasque, donde está la sede principal de Barrabes. Me mudo a la ciudad de Barcelona para realizar un Master en psicología de grupos y también para graduarme del programa ORSC de Coaching de Sistemas Relacionales y Equipos de CRR Global. El cambio de director de la revista, la lejanía del valle y mis nuevas motivaciones hacen que cada vez colaboremos menos. Es una puerta que sigue abierta y guardo especial agradecimiento a Arancha y José Cristobal
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Barrabes.
Como comentas, decido quedarme un tiempo más en España y eso me lleva a trabajar 8 años para la agencia “Banoa” guiando viajes como las ascensiones al Kilimanjaro en Tanzania, el monte Ararat y el trekking de Taurus en Turquía, los trekkings de Everest & Gokyo, Annapurnas y Lantang en Nepal, el trekking de Shingo La y el trekking de Thonge La en el Himalaya Hindu, el trekking del Desierto Blanco en el Sahara de Egipto y viajes culturales en las zonas de Ladak, Cachemira e Himachal Pradesh de la India; la agencia termina enviándome también a Tibet.
Dicen que hablas nepalí, ¿Cierto?
Me defiendo. A donde vaya, sea el Sahara, el Himalaya, Catalunya o Euskalerria, me
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gusta comunicarme, por mínimo que sea, en la legua materna local. Creo que es una muestra de apertura, respeto y aprecio por la cultura anfitriona. Me encanta Nepal, he trabajado allí de dos a tres meses por año en los últimos 8 años, y comunicarme en nepalí me ha brindado lo mejor de su gente, sus mejores sonrisas. Conectar y conversar con los niños, los monjes del Himalaya y las personas con las que trabajo, en su propia lengua, es una de las mayores satisfacciones que me ha dado la vida, y algo que disfrutan y aprovechan mucho mis clientes.
Es por esos años que en una cena en casa de Carlita (Ramírez) nos muestras unas fotos del Aconcagua muy nevado, acababas de regresar de su cima. ¿Ya estaba corriendo el proyecto de las 7 Cumbres en tu cabeza?
Diría que la motivación y la iniciativa “Desafío Apus” la llevo dentro desde siempre, y que el proyecto “7 Cumbres” es una parte de la misma. Con el proyecto “7 Cumbres” hago un intento por hacer finito, aunque sea momentáneamente, algo inacabable. El Aconcagua es la cuarta cumbre que escalo en la lista de las “7 Cumbres”, pero en realidad desde hace mucho llevo a cabo una peregrinación personal por los ecosistemas de montaña más sagrados o emblemáticos de nuestro planeta, valorando y promoviendo su diversidad cultural y natural.
Este es un proyecto ambicioso que aún ningún peruano ha logrado, ahora si cuéntanos sobre el proyecto.
Para mí el proyecto es un proceso de creci-
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